NO SE
EQUIVOQUE SR. PRESIDENTE
Siempre hemos repudiado las
arbitrariedades cometidas por quienes procuran e imparten justicia en un
aparato judicial tan descompuesto como el nuestro. Colmado de injusticas,
consignas y simulaciones.
Ni en los momentos más
críticos hemos solicitado dejar de aplicar la ley al que violenta las normas
jurídicas. Se debe castigar con todo rigor al delincuente común y, de igual
forma, hay que aplicarle todo el peso de la ley al magnate corrupto, traficante
de influencias.
Los actuales no son tiempos
para justificar ser implacables con unos y magnánimos con otros. La ley debe
aplicarse sin distingos, sin reparar en si los culpables son desconocidos o
amigos, millonarios o miserables. Quienes infrinjan las leyes y se les
demuestre, deben ser sancionados conforme a la magnitud de su delito.
Por congruencia política y
respeto a la sociedad no se debe soslayar el escarmiento a quienes desde sus
altas encomiendas públicas o privadas utilizan sus cargos para delinquir, para
vengarse, para perseguir, para asesinar, para enriquecerse ilícitamente a costa
del bienestar de decenas de millones de mexicanos.
Resulta absurdo demandar
públicamente que no se castigue a culpables de cometer fraudes a la nación, más
cuando en la actualidad ya hay encarcelados y varios perseguidos por haber cometido
delitos de los cuales hoy se pretende eximir a algunos. Tal es el caso del
“prístino” magnate televisivo y banquero: Ricardo Benjamín Salinas Pliego,
entre otros, artífice del megafraude que significó la obscura compra -venta de
PEMEX- FERTINAL. Operación en la cual también participó el Emilio Lozoya
Austin, actualmente preso en España.
¡No!, no estamos de acuerdo en
que a este gánster se le perdonen sus trapacerías y se le premie otorgándole
contratos multimillonarios como el que el pasado 03/03/2020 Esteban Moctezuma
Cid, titular de Educación Pública -otrora empleado de Salinas Pliego- celebró
con Banco Azteca por un monto de 969 millones de pesos.
A este tipo que se considera,
junto a los Slim, los Larrea y otros más, llamado a pisotear las leyes,
desafiar a los gobiernos en turno, burlarse del pueblo mexicano, no se le deben
perdonar sus desplantes, menos sus delitos, él debería estar en prisión junto a
Emilio Lozoya Austin y Rosario Robles Berlanga.
Señor Presidente no se
equivoque: No hay justicia sin castigo a los culpables. Recapacite, acepte que
con su petición comete un error.
Organización Política Proletaria
OPP
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