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Organización  Política  Proletaria OPP

29 abr 2013

CASOS OPUESTOS


Islandia y Chipre dieron una respuesta diferente a la crisis financiera que, respectivamente, las arrolló en los años 2008 y 2012. En Chipre presenciamos una dura competencia entre la Unión Europea, por una parte, y la mafia y los grandes capitalistas rusos, aliados a la Iglesia ortodoxa chipriota, por la otra, que son grandes inversionistas en la isla. Además, enfrenta esta la amenaza a su independencia planteada por la ocupación turca de un tercio de su territorio y la decisión de evitar por todos los medios que explote sus reservas de gas.

En Chipre no sólo está en juego la defensa del capital financiero, sino también el conflicto imperial con Rusia por el Mediterráneo Oriental y el Medio Oriente, mientras que, en el caso de Islandia, al resto de los países europeos poco les preocupó que especuladores financieros ingleses y holandeses perdiesen con el cierre de bancos islandeses.

La diferencia entre islandeses y chipriotas, estriba en el hecho de que los primeros desconocieron la deuda externa, se negaron a pagarla, derribaron al gobierno de banqueros y reformaron la Constitución;  mientras los segundos, tras comprobar que los grandes perdedores de la crisis no serían los pequeños ahorristas, sino los especuladores, los traficantes de drogas y tratantes de blancas rusos, aceptaron una solución que en cualquier momento puede despojarlos y nuevamente pusieron su cuello bajo el yugo de un sistema financiero corrupto.

Chipre vive una “soberanía” limitada, depende del juego internacional entre las potencias y de las consecuencias derivadas de su carácter de paraíso fiscal (depósitos externos que superan en 47 veces su PIB, ello producto del lavado de dinero, tráficos ilegales y criminales de y hacia Rusia y Medio Oriente).

Los bancos islandeses fueron nacionalizados. Buena parte de la deuda externa no se pagó, la nueva Constitución garantiza que la nación es propietaria de los bienes comunes e instituyó la obligación de convocar a referendos populares antes de adoptar decisiones importantes. Islandia salió de la crisis y su economía creció un tres por ciento durante el año 2012.

Chipre, en cambio, arrojó la papa caliente a las manos de los grandes capitalistas, sobre todo rusos (que perderán cerca de 3 mil millones de euros), pero la papa está rodando todavía y podría caer del lado de los ahorradores nacionales. Otro dato: el presidente que en Islandia organizó el primer referéndum era de izquierda, un ex sindicalista. El presidente que negoció la deuda chipriota es un gran banquero.



Extracto del artículo de Guillermo Almeyra publicado el 31/03/2013 en La Jornada

Boletín  del  Pueblo  es  una  publicación  mensual  de  la  OPP
Número  17 / Abril / 2013
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