¿QUÉ SIGNIFICA HOY SER MARXISTA?
El derrumbe del Bloque Socialista y la Unión Soviética ,
al igual de los profundos cambios, en un sentido capitalista, en China, han
producido diversos efectos.
Antiguos militantes de la izquierda mexicana han aprovechado tales
acontecimientos para saldar cuentas con su pasado “comunista” y regresar, como hijos
pródigos, al seno de la familia burguesa. Desde la perspectiva mercantil de
estos exmarxistas, dicho retorno se da
con una rentable herencia: su lejana y
diluida militancia de “izquierda”. Esto les permite posar como revolucionarios ante el
pueblo y, a su vez, exhibirse ante la burguesía como una “oposición de
izquierda racional y moderna”, capaz de encontrar una “Tercera Vía”, -al más puro
estilo de Tony Blair y, en general, de la Internacional Socialista-
para solucionar los graves problemas que afectan a nuestro país; sirviendo a la
clase en el poder, como ejemplo didáctico para mostrarle a la población,
especialmente a la clase obrera, las grandes “bondades” del concepto burgués de
“izquierda” en oposición al “riesgoso”
concepto de quienes llevan adelante una lucha consecuentemente revolucionaria
contra el capitalismo.
Otros, frente a la derrota significada por la desaparición de los países
socialistas, se han dejado abatir, magnificando el impacto que dichos eventos
tuvieron y tienen en nuestro país. Con estas actitudes, los camaradas traslapan
su falta de firmeza en la lucha revolucionaria. Sus argumentos, generalmente
negadores de la validez de la lucha del proletariado, exhiben la influencia del
pesimismo pequeño burgués, incapaz de reconocer y soportar los avatares de la
lucha de clases.
Pero junto a estos abandonos de las posiciones revolucionarias, existen
también compañeros que pese a todo aun reivindican al marxismo – leninismo como
pensamiento guía en la lucha de las masas oprimidas de nuestra patria y del
mundo contra los capitalistas. Al igual que lo hicieran los revolucionarios del
siglo XIX, que frente a la derrota de la Comuna de París no se abatieron, ni mucho menos
renegaron de sus principios, y procedieron, de una parte a estudiar la
experiencia y extraer de ellas las conclusiones respectivas, y de otra, a la
reorganización de las fuerzas del proletariado, estos compañeros no se rinden.
Les queda muy claro que se requiere un análisis colectivo de lo sucedido.
Importantes cuestiones deben responderse: ¿cómo un Estado como la URSS que derrotó la invasión
de once países dispuestos a aniquilar al naciente socialismo; que construyó el
primer país socialista triunfante, que hizo trizas a la mas sanguinaria máquina
de guerra de su tiempo, el ejército nazi y construyó un bloque de países
socialistas que abarcaba media Europa, que puso en el espacio exterior el
primer satélite artificial y al primer cosmonauta, que fue columna vertebral en
la lucha de liberación de diversos pueblos, etc., haya implosionado de la
manera como sucedió?; y ¿cómo, un país cual China, que lideró amplios
movimientos en extremo radicales, defensores a ultranza de la ortodoxia
marxista, a la muerte de Mao Tsetung, simplemente dio un brusco giro a la
derecha para restaurar el capitalismo?, ¿Cuál ha sido el destino final de los
partidos comunistas europeos, ufanos inventores de la teoría “Eurocomunista”, como
total oposición al marxismo-leninismo?. Al mismo tiempo, estos camaradas
protagonizan múltiples intentos por alcanzar la unidad de los comunistas en
México, con el firme propósito de reorganizar sus fuerzas y formar el partido
de la clase obrera mexicana que, históricamente, ha estado ausente de las
luchas obreras y populares durante las últimas décadas.
Desde esa perspectiva, la Organización Política Proletaria, considera que hoy ser marxista, significa reconocer,
como mínimo, lo siguiente:
1)
El motor de la historia ha sido, es y será la Lucha de Clases.
2)
El marxismo – leninismo es en estos tiempos, la única
concepción del mundo que puede servir de guía al proletariado en su lucha
revolucionaria por el socialismo.
3)
El proletariado será. A final de cuentas, la fuerza dirigente
en la lucha de la sociedad por su liberación, pues de todas las fuerzas
sociales sólo la clase obrera, debido a sus condiciones objetivas de
existencia, es capaz de llevar la lucha a sus últimas consecuencias: la
destrucción del capitalismo y la construcción de una nueva sociedad, una
sociedad socialista. Que por lo anterior, el proletariado es la clase más
revolucionaria de cuantas existen.
4)
Las premisas esenciales del capitalismo siguen hoy tan
vigentes como en el siglo XIX y el siglo XX; por lo tanto, el enemigo
fundamental de la clase obrera sigue siendo la burguesía, representada, en lo
político, por el Estado burgués que hoy nos oprime.
5)
El llamado Neo-liberalismo, se refiere tan sólo al
predominio del capital usurario (bancario) sobre los demás sectores del
capital, valiéndose para ello de las ventajas obtenidas a través de la
propiedad de los bancos y el control de las bolsas de valores. No se trata, por
tanto, de una etapa especial de desarrollo del capitalismo. En consecuencia, no
se suprime en forma alguna, el carácter de las contradicciones de clase en la
sociedad, por el contrario, se exacerban aun más, independientemente que a
nivel táctico se crean condiciones para establecer alianzas con ciertos
sectores burgueses, particularmente de la pequeña y mediana burguesía, las que
se encuentran al borde del colapso.
6)
La revolución científico-técnica en marcha, produce un
doble efecto:
I)
Que la
productividad del trabajo se eleva a niveles inusitados, desplazando del
mercado a una gran masa de pyme’s, y, al propio tiempo, se sientan bases
materiales más favorables a la construcción socialista;
II)
Se produce una mayor sobreexplotación de la fuerza de
trabajo, pues la introducción de medios
de producción más eficientes y una más racional, desde el punto de vista del
capital, administración de los procesos productivos, eleva el volumen del
ejército industrial de reserva y abate aun más los salarios por el incremento
del desempleo abierto que ello produce
.
7)
Por lo anterior, la burguesía ha lanzado una feroz
ofensiva en contra del proletariado tendiente a
eliminar conquistas históricas: salario mínimo y remunerador, seguridad
social, jornada máxima de trabajo, igualdad de salarios para trabajos iguales,
seguridad en el empleo, prohibición del trabajo infantil, eliminación de los
sindicatos como instancias de organización, defensa y representación de la
clase obrera frente a las patronales, eliminación del derecho de huelga, etc.
8)
La aplicación a gran escala de los adelantos
científicos a los procesos productivos, ha llevado a la quiebra en masa de
pequeñas y medianas empresas incapaces de incorporar tales adelantos a sus
procesos productivos. Efecto de esto son las monstruosas acumulación y
centralización de capital en cada vez menos manos, acelerando el proceso de
monopolización de la economía mundial por las grandes potencias.
9)
Las enormes concentraciones monopólicas de capital confirman la teoría leninista del
imperialismo, en particular la que señala que más allá del mismo no queda sino
el socialismo. Por lo tanto, se reivindica como nunca la afirmación de Lenin de
que el imperialismo es la antesala del socialismo.
10) Este
hiperdesarrollo del imperialismo empobrece en mayor medida a los pueblos y
países del tercer mundo, a los cuales amenaza una catástrofe inimaginable: tan sólo
en África hay 40 millones de infectados de VIH; las hambrunas generalizadas
amenazan a otros tantos millones de seres humanos, todo eso aunado a guerras
absurdas y genocidas provocadas, patrocinadas y capitalizadas por las potencias
imperialistas, las cuales se disputan a sangre y fuego las grandes riquezas de
las naciones más pobres y débiles.
11) Las
economías capitalistas están en crisis; la recesión de las más grandes economías
arrastran tras de sí a toda la economía mundial y abre una perspectiva de
derrumbe del sistema capitalista. A diferencia del siglo XX, no hay, por el
momento, visos de una conflagración de grandes proporciones, como fueron los
casos de la I y II
guerras mundiales, por lo que la guerra como salida a las dificultades
económicas imperialistas no se encuentra a la orden del día, y los conflictos
armados regionales de hoy en día son insuficientes para resolver a gran escala
tales dificultades. Ello apunta a una crisis Terminal del capitalismo si el
proletariado es capaz de capitalizarla.
12) La violenta crisis económica que azota al
capitalismo desde hace ya varios años, ha agudizado las contradicciones entre
los diversos sectores de la burguesía, los cuales se disputan ardorosamente la
conducción del Estado, utilizando en esa disputa a las grandes masas populares,
las cuales, como tantas veces en la historia, se enfrentan entre sí defendiendo
los intereses de sus opresores, olvidándose de la defensa de sus propios
intereses.
13) Los
marxistas-leninistas estamos obligados a desvelar esta realidad a los ojos de
las masas oprimidas, de hacerles comprender que sólo organizándose en función
de sus propios intereses, podrán derrotar las intrigas de la burguesía y dar a
la crisis la única salida válida para los trabajadores de la ciudad y el campo:
el socialismo.
14) Como
comunistas nuestra tarea, sin embargo, no se reduce a una pura tarea pedagógico-teórica,
es preciso ante todo desarrollar una actividad practico-revolucionaria, ayudar
al pueblo trabajador a crear sus organizaciones de clase: gremiales,
culturales, deportivas, económicas pero sobre todo políticas, para propiciar su unidad y
organización y luchar por el poder político de la sociedad, evidenciando a
quienes aconsejan a las masas que no luchen por conquistar ese poder, pues al
hacer esto, voluntaria o involuntariamente estas personas, en el fondo
coadyuvan a que la burguesía se mantenga en el poder.
15) Para
cumplir estos objetivos, los comunistas no podemos continuar en la dispersión
que hoy priva entre nosotros. Es preciso luchar por nuestra unidad, por formar
un frente de los marxistas que auspicie la discusión fraterna de los más
importantes problemas de la lucha de la clase obrera y del pueblo por el
socialismo, y nos coloque en condición de conformar el programa único de los
comunistas.
16) Dicho
trabajo debe desembocar en la formación del partido político de la clase
obrera, capaz de vincularse estrechamente con el proletariado, y dirigir a las
masas populares en su combate contra la burguesía. Todo ello en base al convencimiento
y sobre relaciones de igualdad, respeto y democracia. Este partido debe ser
centralizado, altamente disciplinado, seguir un solo programa y obedecer una
sola voluntad política; lo que, conviene aclarar, no significa acatar una
voluntad unipersonal, sino actuar en función una voluntad colectiva.
Desde nuestra perspectiva, el reconocimiento de tales puntos es hoy lo
que distingue a un marxista del resto de las fuerzas políticas del país.
Ciertamente, hay aspectos de la realidad en que nos desenvolvemos que, sin
duda, no están contemplados en el presente escrito, es tarea colectiva
enriquecer estos puntos de vista, lo cual se hará en el propio proceso de unidad al que líneas arriba nos
referimos, por lo pronto estas consideraciones están a debate.
ORGANIZACIÓN POLÍTICA
PROLETARIA.
Correos electrónicos:
Noviembre de 2008
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