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26 dic 2013

Colonos defraudados se niegan a dejar la sierra de Guadalupe

Periódico La Jornada
Jueves 26 de diciembre de 2013, p. 27
Ecatepec, Méx., 25 de diciembre.

En un cuarto de seis por cinco metros, hecho de lámina y cartón, viven Rosa María, su pequeño hijo y su esposo, Rubén, peón de albañilería.

Con esfuerzos, hace cuatro años comenzaron a pagar mil pesos mensuales para adquirir un terreno en la colonia Tablas del Pozo, en lo alto de la sierra de Guadalupe.

Fraccionadores clandestinos les vendieron en 60 mil pesos un terreno en una zona de reserva ecológica, y ahora autoridades de Ecatepec y del estado de México les advierten que los desalojarán.

Rosa María y Rubén, al igual que otros vecinos, presentaron denuncias penales por fraude, pero ninguna autoridad ha actuado contra los fraccionadores.

Sólo en Tablas del Pozo y El Mirador hay 297 viviendas en la zona de reserva. La mayoría adquirió los terrenos hace menos de 10 años.

Algunas familias se unieron para comprar predios por los que pagaban entre mil y mil 500 pesos mensuales; los fraccionadores incluso aceptaban herramientas, autos estufas o cualquier otro bien.

Armando Gaona y David Mancera, dirigentes de los vecinos afectados, integrados en la Asociación de Solicitantes de Vivienda, informaron que entre los presuntos defraudadores están Laura Icela Arenas, Jesús Ballesteros, Pedro Blancas Badillo y Gabriel Bautista; este último fue detenido y quedó libre bajo fianza.

Las familias aseguran poseer documentos de compraventa y que las transacciones se realizaron mediante una red de complicidades. Icela Arenas, señalaron, fue con un abogado al ayuntamiento a tramitar la clave catastral para el pago de predial, y por cada gestión cobró 2 mil 500 pesos.

Mancera refirió que los colonos han interpuesto 60 denuncias; sin embargo, se han integrado con lentitud y las autoridades han alargado el proceso porque citan a declarar a uno o dos vecinos por día.

Los colonos viven en la zozobra porque las autoridades les han notificado que los desalojarán; han pedido ser reubicados, pero aún no reciben respuesta.

Las 297 familias de Tablas del Pozo y El Mirador se suman a otras en la colonia Tierra Blanca, de donde el pasado 15 de noviembre fueron desalojadas 38 familias y sus casas derribadas por estar en la reserva ecológica. Tenían más de 15 años con sus lotes y contaban con los contratos de compraventa firmados por un ejidatario.

Narraron que ese día policías municipales y trabajadores de desarrollo urbano del ayuntamiento, con maquinaria pesada, derribaron las casuchas asentadas en los límites de la sierra de Guadalupe.

La mayoría de las 38 familias habitaban pequeños cuartos de madera, plástico y lámina de cartón, sin servicio alguno. Los adultos son ayudantes de albañilería o reciclan basura.

El alcalde de Ecatepec, el priísta Pablo Bedolla López, informó que al menos 400 viviendas asentadas de manera irregular en la reserva ecológica, la mayoría ya deshabitadas, serán destruidas en unos días.

Detalló que las casas se ubican en nueve zonas de la sierra de Guadalupe, entre ellas La Joya, El Ostor, Almárcigo y La Palma.

Queremos decirle a la gente que no compre problemas porque es una área restringida y protegida, por lo que seguirán los desalojos, advirtió.

Alfredo Torres Martínez, secretario de Desarrollo Urbano estatal, destacó que se reubicará a 238 familias que viven en la reserva.

Se estima que hay unas 500 viviendas en 30 hectáreas de la zona, que abarca territorio de los municipios de Ecatepec, Coacalco, Tultitlán y Tlalnepantla.

La sierra de Guadalupe fue declarada en 1976 parque estatal; mide 6 mil 500 hectáreas y es el único pulmón de esa zona del valle de México. Según encargados de la reserva, en una década ha perdido al menos mil 500 hectáreas de áreas verdes, principalmente por la expansión urbana.

El parque estatal conserva 40 especies de aves, entre ellas el verdugo (un pequeño carnívoro blanco de alas negras), correcaminos, tecolotes, zopilotes, colibríes y halcones de cola roja, pero los colonos tratan de capturarlos.

Recientemente se inició la construcción de una barda perimetral de 38 kilómetros en la sierra, con una inversión de 56 millones de pesos.

Fuente: La Jornada

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