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7 may 2013

López Obrador, a la baja


Andrés Manuel López Obrador, excandidato a la presidencia. 
Foto: Benjamin Flores
MÉXICO, D.F. (apro).- De vuelta a la extrema penuria en la edificación de un partido político nuevo y acompañado sólo de un puñado de colaboradores, como hace exactamente un cuarto de siglo en Tabasco, Andrés Manuel López Obrador enfrenta ahora, conforme a sus propias cifras, un drástico desplome en su base de apoyo.

Al iniciar su segunda campaña por la Presidencia de la República, en marzo de 2012, López Obrador afirmó que en todo el territorio nacional había 3 millones 600 mil “protagonistas del cambio verdadero” y 2 millones 500 mil representantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) para defender las casillas.

Sin embargo, hace una semana, Martí Batres, presidente de Morena, informó que, luego de cuatro meses de iniciado el programa de afiliación, cuenta ya con 220 mil afiliados, el mínimo que exige la ley electoral para cumplir uno de los requisitos para crear un partido político.

“De ahora en adelante toda la afiliación que realicemos es ganancia, es un extra, va más allá de la cifra que se requiere para el registro electoral”, dijo con entusiasmo Batres, el único que aceptó cargar con la tarea de convertir a Morena en partido político.

Pero la cifra con la que Batres se regodea revela una drástica caída en el número de afiliados a Morena, que hace un año ascendían a 2 millones 500 mil y ahora sólo a 220 mil. Ese desplome es brutal, siempre con base en cifras del movimiento que encabeza López Obrador, y sin tomar en cuenta la cantidad, más abultada, de los “protagonistas del cambio verdadero”: 3 millones 600 mil.

¿Qué pasó con los otros 2 millones 250 mil que decidieron no ratificar su afiliación a Morena? ¿O es que en realidad nunca existieron? ¿Y si existieron ya no tuvieron motivación para seguir? ¿Fue sólo un ardid publicitario?

Esos 2 millones y medio de supuestos afiliados a Morena son los mismos que credencializó el Gobierno Legítimo de López Obrador, que en 2009 él mismo decía que ascendían a 2 millones 200 mil, y son los que participaron en el movimiento nacional en defensa del petróleo, la economía popular y la soberanía nacional y que formaron parte del la resistencia civil pacífica.

El problema es que, tras la segunda campaña presidencial de López Obrador –en la que obtuvo el segundo lugar con 15 millones 896 mil 999, equivalente a 31.59% del total— los 2.5 millones de ciudadanos no se han volcado para, de ser cierta la cifra, convertir a Morena en el partido con más afiliados en México.

Esa meta, según López Obrador, se materializará el próximo año: Morena, aseguró en enero, tendrá 3 millones de afiliados en el 2014, justo la cifra de afiliados que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) desea también tener –hoy tiene un millón 928 mil–, sólo que este mismo año.

Las cifras de Morena ya habían sido puestas en evidencia en la elección del Estado de México, en 2011, cuando el propio López Obrador aseguró que se trataba de “un ensayo” para probar la fortaleza de su movimiento, y que a la postre resultó un fracaso.

Morena tenía en el Estado de México 550 mil afiliados, según el entonces coordinador nacional, Higinio Martínez –por cierto mexiquense–, y las instrucciones de López Obrador fueron que cada uno de ellos conseguiría otros cinco votos, para lograr 3 millones de éstos para Alejandro Encinas, el candidato de la izquierda.

Fue una quimera: Conforme a resultados, Encinas alcanzó poco más de 970 mil votos (equivalentes a 22% del total), una cifra ínfima respecto de lo prometido por el movimiento de López Obrador.

De hecho, si Morena contaba con 550 mil electores y el PRD decía tener 329 mil 894 afiliados en la entidad, entonces suman 880 mil posibles votantes, apenas 100 mil menos de los que obtuvo Encinas.

Las cifras de Morena parecían un autoengaño entonces y lo parecen ahora otra vez.

Pero cuidado: Si bien sus propias cifras acreditan un desplome en su base de apoyo, más vale ser cautelosos respecto de un político como López Obrador, a quien después del 2006 se le había extendido acta de defunción y, de no ser por prácticas de defraudación y el realineamiento de los factores de poder, gana la Presidencia de la República.

Este mismo año, mientras el PRD obtendrá, si acaso, 10% de los votos, López Obrador obtendrá, con toda seguridad, el registro de Morena como partido político.

Y cuidado…

Fuente: PROCESO

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