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Organización  Política  Proletaria OPP

29 abr 2013

EDITORIAL


La paranoia informativa de los medios de comunicación (televisión, radio, prensa escrita e internet), en torno al conflicto que Corea del Norte sostiene con su vecina Corea del Sur y los USA, ha contribuido al enrarecimiento de una situación ya de por si compleja. Fieles a las indicaciones que emanan desde el imperio, las agencias de noticias se dedican a lanzar diatribas contra el ungido joven líder norcoreano Kim Jong-Un, a quien acusan de “irresponsable”, “irreflexivo continuador de la escalada nuclear en la región”, y demás ruindades por el estilo.

Tan desaseada resulta la campaña mediática promovida por la prensa occidental que ni siquiera han tomado la molestia de explicar, así sea someramente, como funciona en realidad el régimen norcoreano. A lo más que llegan es a esgrimir su maniquea explicación, su viejo cliché, su especie de “varita mágica de la información” para escupir su   desgastado argumento, elaborado en el pentágono, “El de Pyongyang es un régimen totalitario, estalinista, que mantiene a su pueblo en permanente hambruna mientras gasta millones de dólares en sus bélicos programas nucleares”, así, sin más, da por concluida su burda explicación de lo que “es y significa” Corea del Norte.

Para los “analistas políticos” internacionales de consigna, la postura norcoreana obedece a la supuesta necesidad de su inexperto y joven líder, Kim Jong-Un, de ganarse la credibilidad de los viejos generales que dominan el aparato militar. En ningún momento han atisbado la posibilidad de que los veteranos generales precisen dar credibilidad a Kim Jong-Un y, vista la complejidad geopolítica de la región, hacerlo parecer como un estratega militar de altos vuelos.

La consigna es clara: presentar al régimen de Pyongyang como único responsable de la delicada situación que hoy se vive en esa región del Sudeste Asiático. Pero no obstante ello, es muy claro que la actitud norcoreana es enérgica respuesta a la larga serie de provocaciones montadas por Estados Unidos en complicidad con Corea del Sur. Los continuados llamados, más bien amenazas, que el imperio realiza con sus corifeos de Europa y de otras regiones del planeta para obligar a norcorea a abandonar su programa nuclear, los vetos y las sanciones unilaterales que le han impuesto por décadas, los recientes ejercicios militares conjuntos entre Corea del Sur y USA -estos realizados aún en plena escalada del conflicto-, son las motivaciones de Pyongyang para asumir la actitud defensiva-ofensiva que tiene al mundo en vilo.



Boletín  del  Pueblo  es  una  publicación  mensual  de  la  OPP
Número  17 / Abril / 2013
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